Sinopsis

El Masajista de almas, es un compendio de 22 relatos reales, que describen la lucha de sus protagonistas por alcanzar sus sueños, y cómo cambió sus vidas la experiencia del proceso de coaching.

Es un libro que habla sobre la vida, los sentimientos, las personas, los miedos, el alma, la tristeza, los triunfos, las alegrías, el amor, las emociones, las creencias que nos limitan, los estados de ánimo...

Es un libro de aprendizaje, de lucha, de cambio, de mejora continua, de ánimo y de esfuerzo. Es un libro lleno de emociones y de optimismo. Cuenta las vidas de directivos, de empresarios, de amas de casa, de periodistas, de funcionarios públicos, de deportistas de élite, de políticos, de ancianos, de jóvenes, de estudiantes, de profesores, de físicos, de ex drogadictos, de hombres y mujeres en mayúsculas.

"ESTE LIBRO LO HE ESCRITO DESDE EL CORAZÓN, PORQUE SÓLO DESDE EL CORAZÓN DE UNO, SE PUEDE LLEGAR AL CORAZÓN DE LOS DEMÁS."

Nos habla de coraje y de valentía frente a la adversidad. De reconocimiento y de celebración por cada match point ganado a la vida.

Del poder de la confianza, tanto en los otros, como en nosotros mismos. A la vez, es un libro que nos hace cuestionarnos y preguntarnos dónde estamos, y para qué estamos aquí; y si éste era el camino que soñábamos recorrer cuando éramos niños.

Fragmentos

1
Fragmento de
La barrera del rencor
"-No puedo más, Josecho -me explicaba el padre con lágrimas en los ojos-. No quiero irme de este mundo dejando esta situación. Hemos perdido un tiempo precioso que ya jamás recuperaremos. Ahora, no me quito de la cabeza que pronto faltaremos su madre y yo. Necesito que me digas qué más puedo hacer para que vuelvan a hablarse, para que se perdonen, vuelvan a reír juntos y se acabe esta pesadilla."

2
Fragmento de
Las olimpiadas de la resiliencia
"-Quería mucho a mi padre y se fue. Se marchó, sí. Sin una sola palabra. Rápido. De un infarto. Yo estaba estudiando y aquello me dejó sin opciones. He tenido que luchar en tantas batallas, escapar de tantos sinvergüenzas y hacer frente a tantas deudas que no me quedan fuerzas para mí. Cientos de noches durmiendo en el sofá con el ordenador en la mano, sin poder acostar a mi hija. Ni siquiera tuve tiempo para llorar. Es como si una parte de mí se hubiera quedado paralizada y otra en su lugar tomara el mando..."

3
Fragmento de
La montañera en la cumbre
"…En esta ocasión quien necesitaba apoyarse físicamente era yo. Me senté. Rosa tenía una enfermedad gravísima, con muy mal pronóstico; estaba sola y me pedía ayuda profesional. Yo jamás había trabajado con nadie en esas circunstancias y también tenía miedo, miedo a no hacer las cosas bien, miedo a equivocarme, miedo a que no se curara. Por primera vez en el ejercicio de mi profresión como coach, tenía un miedo brutal."